Checho
Mi deseo es que esta sí debe ser una cadena. Después de haber dormido la muerte en el patio de la EAO., los milicos nos trasladan a punta de culatazos a la cancha de baby, al frente de la Villa Portales. Somos tres hermanos en ese instante separados por la fuerza brutal del cáncer que se instaló en nuestro país. Estoy solo, corriendo hacia la cancha, la que llenamos con cientos. Quedamos en filas, amontonados, yo solo y al frente los milicos, destrozando culatas en el estomago, espalda, nuca y rostro de compañeros con menos suerte; al lado se escucha atemorizante metralla y granadas en los techos. Corro poco a poco mi cuerpo hacia el centro de la cancha, mi táctica es quedar al medio y pasar desapercibido. Poco a poco avanzo hasta que finalmente llego sin que me pillen los milicos. Cuando lo logro, grande es mi sorpresa al ver de reojo a mi hermano Máximo y a mi hermano Checho ¡Hicieron lo mismo! Mi hermano Checho es comunista, pero aquí somos todos estudiantes, de hecho por eso se que