Los misterios del Barrio Bellavista
Las luces, la música, la muchedumbre invaden las calles de Bellavista, hasta hace unos años bello y tranquilo barrio habitacional, de grandes y hermosas casas y mansiones, de cites y pequeños condominios del 1900. Hoy humedecido en alcohol, aromatizado en yerba, ante las pisadas y la danza de los concurrentes, de bares, restaurantes, pubs y discotecas; crujen sus raíces, bajo el asfalto que cubre el empedrado que hermoseaba sus antiguas y bellas calzadas. Cuando disminuye el ruido y avanzada la noche, el barrio se invade de misterio, las luces se atenúan y se cubre de penumbra el cielo al alcanzar el alba. A esa hora, algunas veces, se escucha el sonido de las ruedas de un carretón desplazando por el camino de piedras, en dirección a Dardignac con Mallinckrodt, al fondo se siente voces de niños jugando y durante el trayecto, a lo lejos, lamentos y ladridos furiosos. Cuando esto ocurre se dice que alguien desparecerá. Entre las historias del barrio esta la de las monjas de un Colegio de