Un País dividido

Es esta desesperante sensación, de tener ya la certeza de vivir un país dividido, la que me mantiene en permanente insomnio.

Acudo al supermercado, preso de inmenso letargo, con temor a la inesperada cuenta final, que aumentará, al menos en tres meses, mi conocida deuda; en efectivo solo cuento con 5 lucas. Con seguridad mi placer inicial sobre el consumo, se transformará poco a poco ante los complicados cálculos sobre los datos impresos en las etiquetas, a fin de determinar el producto de mejor valor, en formula de precio y cualidades; a pesar de mis esfuerzos, inevitablemente, más de algún producto me dará sorpresa al momento de pagar. La sección carnes, es toda una aventura para mi espíritu investigador, no tanto en determinar los paquetes que tienen menor proporción de huesos y/o grasas, sino en aquellos etiquetados como huesos, o cazuela, o huesos carnudos, descubrir el asado, o las chuletas, o el estofado, que los corruptos de la sección dejan para sus cómplices, y que yo sustraigo para mi provecho familiar. Sin embargo, finalmente me siento derrotado; se que todo esta ahí, un paraíso de productos, las eficientes cajas con lectores de código de barras, los cajeros automáticos, la inconsciente seguridad en la exactitud del peso y el cobro, todo está para sentirme satisfecho y sin embargo, me queda el sabor amargo, de constatar que nada está en mis manos, ni la marraqueta cada vez más llena de aire, ni las paltas duras, ni la sandia, ni el melón, ni precio alguno. En la caja me interrogan, y todos se enteran, de que uso tarjeta y que una no tiene cupo; me queda la satisfacción cuando me preguntan “Dona los n pesos a Maria Ayuda?” y digo ¡No!, pero es cada vez más difícil.

Sin dormir todavía, con el sol de la mañana, me dirijo a la Feria, que es mas linda en verano; las cuadras de puestos ofrecen un camino multicolor, primando el verde a su largo y ancho. En este encuentro de vecinos, por el pasadizo, circulan vestidos cortos, largos y pantalones, gordos, flacos, viejos, jóvenes; me entretengo mirando, no veo caras fruncidas. No se debe comprar de inmediato, hay que observar las ofertas y buscar el mejor precio, la más bonita lechuga, el más durito tomate, el choclo más lechoso. Me ofrecen sandía caladita, realmente están bonitas; un montón de cebollas por $ 500. Ya comienzo a comprar: 2 kilos de porotos granados, 20 cebollas, 6 cabezas de ajos, 2 lechugas, zapallo, 6 choclos, 3 kilos de duraznos maduros (medio de yapa), 3 kilos de limones, 1 kilo de almejas, 2 pescadas, 10 alcachofas y se me fueron las 5 lucas. Con el calor y las bolsas en la mano, saco 100 pesos y me compro un mote con huesillos, sin mote y sin huesillos. A la salida, en la sección de los “coleros”, que se ponen en puestos de sábanas en el suelo a vender cualquier cosa, me encuentro con Miguel, un muchacho de la villa, me cuenta que esta trabajando aquí en la Feria mientras encuentra pega en su profesión de mecánico; quedó de ir a visitar a mi hijo en la noche.

Camino a la casa pienso en mi país dividido, entre los que duermen tranquilos, sin importarles el despertar de mañana, y los que padecemos insomnio, por no querer dormir, para no tener que despertar y encontrar la triste realidad, en que las sandias no son caladas, en que luca no alcanza para parar la olla, ya no existen las Ferias ni los feriantes porque el Congreso las eliminó, muchos coleros ahora roban y yo debo ir a comprar marraquetas infladas al supermercado, y para peor, no querer despertar, por temor a que Pinochet no haya muerto.

Se que estoy mal, se que todo es real y que Pinochet esta bien muerto, así que me dejaré de leseras, voy a dormir y a despertar tranquilo, y el sábado voy a ir a la Feria con mis vecinos, a lo mejor hasta me encuentro a mi diputado y juntos recorremos el pasadizo, saboreando un refrescante mote con huesillos, sin mote y sin huesillos.

Comments

Es bueno darse cuenta de que los compatriotas tienen opinión y las expresan de buena manera.
Decidí escribir porq yo pertenezco al otro mundo, el santiago de los parques verdes, de las casas enormes, de los malls caros. Pertenezco a una familia de clase media alta y estudio en una universidad cuica. Me gustaría mostrarte el otro lado no con afán de crítica, sino con ganas de que entiendas a los "fachos".
Mi familia es pinochestista(mamá, papá, hermanos, abuelos, tios, bla bla bla) y todos en mi medio hablan de lo bien que le hizo este personaje a nuestro pais.Claro, dirás a la niñita rica no se le murió ningún familiar ni amigo, para ella es facil decir eso. No te creas, no soy ciega ni fanatica y me doy cuenta del inmenso dolor de tanta gente. Pero ante todo soy humana. ¿que hacer cuando TODOS te cuentan una versión y despues sales de la burbuja y te encuentras con esta espaNTOSA REALIDAD?. Para mi es muy dificil echar abajo todo lo que creí durante mucho tiempo y por eso quizas me aferro a pinochet con mayor ahínco porque representa las creencias de mis familiares.
Creo que, primero que todo, nunca podré tener una visíon objetiva del asunto, porque siempre estare influida por mis cercanos, y, por otra parte, el tiempo se encargará de aclarar los hechos.Confió en la justicia divina.
Lo que debemos hacer es comprometernos con el futuro de Chile, lograr reparar las heridas, perdonando como Jesús nos dio ejemplo.Tratar de unirnos como hermanos para recoinstruir este Chile profundamente desgarrado.
Personalmente, estoy con los brazos abiertos.
Te felicito por tu blog,
saludos
en lo personal, no hay nada mas refrescante que un mote con huesillo sin mote y sin huesillo...

oye... pero no compraste la sandia po... ya está haciendo falta...

te imaginas si todo lo bendieran calado??? jamás nos quejariamos de ningún producto porque todo dependería de nuestro paladar...

(mientras no vendan los condones calados eso sí)

un abrazo

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