Checho
Mi deseo es que esta sí debe ser una cadena.
Después de haber dormido la muerte en el patio de la EAO., los milicos nos trasladan a punta de culatazos a la cancha de baby, al frente de la Villa Portales. Somos tres hermanos en ese instante separados por la fuerza brutal del cáncer que se instaló en nuestro país. Estoy solo, corriendo hacia la cancha, la que llenamos con cientos. Quedamos en filas, amontonados, yo solo y al frente los milicos, destrozando culatas en el estomago, espalda, nuca y rostro de compañeros con menos suerte; al lado se escucha atemorizante metralla y granadas en los techos.
Corro poco a poco mi cuerpo hacia el centro de la cancha, mi táctica es quedar al medio y pasar desapercibido. Poco a poco avanzo hasta que finalmente llego sin que me pillen los milicos. Cuando lo logro, grande es mi sorpresa al ver de reojo a mi hermano Máximo y a mi hermano Checho ¡Hicieron lo mismo! Mi hermano Checho es comunista, pero aquí somos todos estudiantes, de hecho por eso se quedo el 11 en la UTE, estaba en clases y decidió defender al gobierno como nosotros.
No hubo metralla para nosotros y nos llevaron al Estadio Chile. Allí fue terrible y no nos dieron comida en esos días, solo una naranja y una hallulla; creí que moriríamos de hambre. Justo cuando estábamos por desfallecer, Checho saca cáscaras de naranja y trozitos de pan; fue increíble y resistimos con eso, además simbolizó lo que vendría adelante, guardar fuerzas para los momentos duros. Checho fue nuestro salvador moral al cuerpo despojado y nos enseño el método. El último recurso él lo guardó en sus bolsillos. Pensábamos igual, pero él tenía otros recursos, en ese momento hechos de cáscaras de naranja y pedazitos de hallulla.
Hoy mi hermano debe enfrentar otro golpe, un tumor de 18 cms alojado como culatazo en su espalda, aprisionando sus órganos vitales. Descubierto el maldito, cobardemente oculto como en aquellos días, quiere hoy ser el cáncer que le quite la vida. Pero ha sido descubierto y será extirpado con manos diestras. Sin embargo está tan enquistado, que la operación limpieza será de altísimo riesgo.
Sé que Checho tiene guardados sus recursos. Quizás seamos nosotros, haciendo fuerzas y uniéndolas. Seamos hoy el último recurso, los pedazitos de hallulla, pero por sobre todo las cáscaras de naranja que le hagan disfrutar la dulzura de la vida.
Compañero Checho, te doy mi fuerza, acrecentada hoy por los recuerdos. Soy tu hallulla, soy tu naranja.
Finalmente nos veremos en el crepúsculo; allí, aunque no nos pongamos de acuerdo, es el centro donde nos encontraremos.
Después de haber dormido la muerte en el patio de la EAO., los milicos nos trasladan a punta de culatazos a la cancha de baby, al frente de la Villa Portales. Somos tres hermanos en ese instante separados por la fuerza brutal del cáncer que se instaló en nuestro país. Estoy solo, corriendo hacia la cancha, la que llenamos con cientos. Quedamos en filas, amontonados, yo solo y al frente los milicos, destrozando culatas en el estomago, espalda, nuca y rostro de compañeros con menos suerte; al lado se escucha atemorizante metralla y granadas en los techos.
Corro poco a poco mi cuerpo hacia el centro de la cancha, mi táctica es quedar al medio y pasar desapercibido. Poco a poco avanzo hasta que finalmente llego sin que me pillen los milicos. Cuando lo logro, grande es mi sorpresa al ver de reojo a mi hermano Máximo y a mi hermano Checho ¡Hicieron lo mismo! Mi hermano Checho es comunista, pero aquí somos todos estudiantes, de hecho por eso se quedo el 11 en la UTE, estaba en clases y decidió defender al gobierno como nosotros.
No hubo metralla para nosotros y nos llevaron al Estadio Chile. Allí fue terrible y no nos dieron comida en esos días, solo una naranja y una hallulla; creí que moriríamos de hambre. Justo cuando estábamos por desfallecer, Checho saca cáscaras de naranja y trozitos de pan; fue increíble y resistimos con eso, además simbolizó lo que vendría adelante, guardar fuerzas para los momentos duros. Checho fue nuestro salvador moral al cuerpo despojado y nos enseño el método. El último recurso él lo guardó en sus bolsillos. Pensábamos igual, pero él tenía otros recursos, en ese momento hechos de cáscaras de naranja y pedazitos de hallulla.
Hoy mi hermano debe enfrentar otro golpe, un tumor de 18 cms alojado como culatazo en su espalda, aprisionando sus órganos vitales. Descubierto el maldito, cobardemente oculto como en aquellos días, quiere hoy ser el cáncer que le quite la vida. Pero ha sido descubierto y será extirpado con manos diestras. Sin embargo está tan enquistado, que la operación limpieza será de altísimo riesgo.
Sé que Checho tiene guardados sus recursos. Quizás seamos nosotros, haciendo fuerzas y uniéndolas. Seamos hoy el último recurso, los pedazitos de hallulla, pero por sobre todo las cáscaras de naranja que le hagan disfrutar la dulzura de la vida.
Compañero Checho, te doy mi fuerza, acrecentada hoy por los recuerdos. Soy tu hallulla, soy tu naranja.
Finalmente nos veremos en el crepúsculo; allí, aunque no nos pongamos de acuerdo, es el centro donde nos encontraremos.
Comments
Le quería desear un muy re-feliz cumpleaños, mandarle un beso y un abrazo enormes. Ojalá lo regaloneen como se debe :)
A lo mejor nos vemos el proximo verano...
un beso, un abrazo y una sonrisa,
Javi!
a casi dos años ... espero que todo
haya salido bien ...