Pensamientos previos Fechados el 18 de Noviembre 2021 y en décadas perdidas...



Un análisis basado en miradas de prensa, de conocer los hechos sin vivirlos, no es suficiente.


Lo cierto, para mí, que no es la "figura amenazante" de Pinochet y su "legado" Pinochetista a la derecha.


Es la obtusa imposición de la institucionalidad pactada, es no comenzar a construir la democracia post dictadura. Es el cerrar los ojos y cerrarselos a la ciudadanía en una porfía de mantener esa institucionalidad, porque de lo contrario, a la vuelta de la esquina estaba la dictadura.


Lo que hemos vivido es la tenaz imposición de una institucionalidad que parece tener vida propia y se juega a morir o dar paso a otra.


Parte de esto puede sentirse real, pero lo que ha primado es la mantención y profundización de un sistema económico cuyo sostén es fundamentalmente esa institucionalidad.


Esta, en los inicios de la nunca transición, nos pareció necesaria, ... su eternización ha sido obra de quienes se benefician de ella y a quienes favorece el modelo económico.


A tanto ha llegado la institucionalidad impuesta, que ha llevado a que la degradación y corrupción de las instituciones sea el modo en que se dirige al país y se actúe en lo publicó. Leyes dirigidas por los grupos económicos.


En fin, tanto que decir. Solo por mirar un poco, los partidos están en franco deterioro justamente porque se han institucionalizado, no son las bases ni sus congresos, ni sus demandas las que dirigen y dan camino, es la institucionalidad que se sostiene en una minoría, es la institucionalidad que está impuesta.


Hemos vivido bajo dictadura durante estás décadas y el fascismo ha estado en las sombras como el garante necesario en caso de que la institucionalidad entre en crisis.


Para algunos opositores, no al gobierno de turno sino al sistema y por la lucha por la democracia, para algunos hubo Oficina, para otros suficiente con carabineros.


La movilización rupturista o contestaría, cuando ha sido amenazante, ha sido reprimida y como no ha sido realmente opacada, se ha recurrido a la criminalización, y no en en los dos últimos años, desde décadas ya, se han aprobado leyes para fortificar la represión y la criminalización, con el apoyo casi unánime del poder de las comunicaciones. Primero leyes anti anarquistas, luego fortificadas como antiterroristas.


A pesar de toda su institucionalidad el modelo género creciente desigualdad económica, con el engrosamiento de los sectores pobres y la destrucción creciente de la clase media. 


Un 80 y 20 que tanto prima en los modelos científicos, de gestión y también los sociales. Se ha gobernado con la minoría porque el sistema electoral está confeccionado para que así sea, 80 y 20.


Este sistema y no el pinochetismo es el que está en crisis, porque hoy no es un problema entre posiciones ideológicas, es un problema de crisis social y no debido a la pandemia, por si alguien lo cree. El estallido no fue un agotamiento de las ideas, fue la expresión de decir ya no más este sistema, exigimos otro, una nueva institucionalidad, que en las protestas se dibujo como Nueva Constitución por Asamblea Constituyente. Fue el rompimiento simbólico de la institucionalidad con el salto a los torniquetes y la evasión en la movilización. La protesta fue la forma espontánea y masiva de hacerse oír por la población  marginada, no hubo frentes amplios ni partidos detrás. Si doy crédito a estudiantes organizados en Centros de Alumnos, que en el caso de los secundarios ya estaban sus liceos "custodiados" por Carabineros y civiles infiltrados, con el amén cómplice de autoridades de educación y de direcciones de esos liceos, tenazmente criminalizados.

No más AFP, los sin casa, Asamblea Constituyente, la búsqueda de la Democracia llevaba ya una lucha de décadas, como así mismo la creciente represión.  Doy crédito a la formación espontánea, pero necesaria, incubándose ya en las marchas de profesores, estudiantes, pescadores, ambulantes y pobladores, doy crédito a la formación de la Primera Línea como medio de defensa en las marchas y concentraciones. Imposible mantener las concentraciones sin mantener a raya la represión. Cuestión distinta en las poblaciones porque allí ya las barricadas históricamente hacían defensa de las protestas, como también utilizadas en las huelgas mineras, de pescadores, de portuarios  y en parte de la construcción.


La poca sindicalización producto de leyes aprobadas para beneficio de la continuidad de la producción de las empresas, dejando como marginal el mecanismo de dejar un contingente para la producción, sino legalizándo el despido laboral y la consecuente persecusión y hasta asesinatos de dirigentes sociales. Tanto, tanta criminalizacion bajo el amparo de la Institucionalidad mantenida, bajo el pago de leyes por parte del poder económico a parlamentarios y legisladores.


A nivel mundial, el capitalismo preveía la crisis de su crecimiento, y digo crecimiento, no agotamiento. Chile no es una excepción.


Bajo la imposibilidad de dirigir el "estallido" ni por partidos políticos institucionalizados, ni por organizaciones sindicales institucionalizádas y con el pueblo movilizado organizándose en ollas comunes, asambleas, cabildos y con algunos apoyos de alcaldías,  es que surge la represión estallada, con toque de queda y fuerzas militares. La salida a la crisis resulta proponerse y llevada a cabo, con oportunismo,  por la concesión de un proceso constituyente bajo la institucionalidad, la ley 21.200.


No fue así, continuo la crisis hasta marzo del 2020 cuando el país cae bajo restricción casi total producto de la pandemia.


Con todo, la crisis continuo y fue necesario fortificar la ley con ley antibarricadas y actualización y uso de la ley antiterrorista.


Hasta aquí, una mirada. Lo que hoy vivimos nos muestra una memoria viva, instalada en las nuevas generaciones que adjuntan sus vivencias a esa memoria. Este fenómeno de unión intergeneracional no quita que ya la juventud tiene su propia memoria de represión y muerte, de prisión política, de tortura, violación sexual y violación desatada de los ddhh. Esta es parte de la herencia dejada al nuevo gobierno y que masivamente dió su apoyo a Boric.


El proceso constituyente está presente en las organizaciones descentralizadas, y en los sectores populares crece la necesidad de proteger lo que hace al respecto la CC. Es probable que lo escrito en ella contenga bastante de lo que la ciudadanía espera, sin embargo tendrá que superar escollos y el más grande será el Plebiscito de salida, que será por votación obligatoria. El peligro en este último punto es que existe un 40% que no vota y tendrá que hacerlo en esta oportunidad, y sin embargo es un electorado no definido y que no se expresa. El conseguir esos votos es tarea desde ahora.


El gobierno de Boric promete la defensa del proceso constituyente, pues, esto no basta para llegar a buen puerto, es necesaria la mayor participación de la ciudadanía y el apoyo a su defensa por el movimiento social organizado.


El gobierno de Boric enfrentará a una derecha, que aún volviendo desde el oscurantísmo que logró el gobierno de Piñera,  será implacable en los acuerdos pues se juega su futuro democrático y la mantención del sistema económico neoliberal. Tendrá, la derecha, armas para utilizar y con la incorporación de una nueva: "La Acusación Constitucional al Presidente de la República". Boric tendrá que llegar a acuerdos.


Por otra parte los "institucionalizados" continúan en las esferas del poder político y su colaboración esta todavía por verse.


En fin, ...

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